¡Los alfajores son y serán un ícono nacional!
Hay muchísimas versiones para todos los paladares. Son un clásico de la gastronomía Argentina.
“Es primo del alfajor andaluz que se sigue fabricando en la actualidad. Pero ellos lo heredan de los árabes que estuvieron durante 700 años en esas tierras e influenciaron a toda Europa con muchos productos. Se llamaba “al-hasú” que en árabe significa el relleno. Como muchas palabras se fue deformando y terminó llamándose alfajor. Llegó al continente en el siglo XV, cuando se hacen los primeros viajes desde Europa”, palabras de Jorge D’Agostini, autor del libro “El Alfajor, un ícono argentino”.
Tras una investigación de 3 años, D’Agostini cuenta que fue en la Argentina en donde se le incorpora el dulce de leche y se le da esa forma de sándwich.
También revela algo muy interesante y real que comprobé en estos años viviendo en Italia: “Nosotros tenemos un paladar muy árabe en la Argentina. Nos gustan los sabores intensamente dulces, por eso el alfajor prosperó y sigue vigente”. Por este motivo nos gustan tanto: ¡tenemos un paladar extra dulce! No sucede lo mismo, en general, en Europa: los dulces son menos dulces (valga la redundancia), nada de empalagarse.
D’Agostini nos cuenta otro detalle: “Tal fue la penetración del alfajor en la gastronomía local que, según relatan las crónicas de 1853, tras la firma de la Constitución Nacional, cada congresal se llevó de regalo para sus familias alfajores”.
Como sabemos, el alfajor está hecho de dos pequeñas “tapas”redondas de masa dulce cocida, crocantes y tiernas, pegadas con dulce, generalmente dulce de leche. Los hay bañados en chocolate, glaseados o solamente con coco, como el alfajor de maizena. Cada provincia (o ciudad) tiene algún tipo de alfajor que la caracteriza.
Cuando ofrecés a un amigo italiano un alfajor industrial, que un amigo recién llegado de Argentina te trajo y que escondiste en una alacena como un gran tesoro para no comerte toda la caja el primer día, seguro te pasa que lo corta en cuatro pedacitos y prueba solo un cuarto. Ahí queda el resto de tu alfajor... Lo primero que pensas es: ”¿Por qué convidé este manjar? ¡Qué desperdicio, los italianos no entienden nada!”. A todos nos ha pasado.
Hoy te propongo la receta de los tradicionales alfajores de maizena, son muy fáciles de realizar y no llevan baño de chocolate.
¿Y saben una cosa? Estos alfajores gustan a los italianos porque no son tan dulces.
Los ingredientes son muy fáciles de conseguir: la Maizena acá también es Maizena, existen también otras marcas de almidón de maíz (en italiano “amido di mais”) en todos los supermercados.
El problema más grande es conseguir el dulce de leche. Si querés saber más sobre el dulce de leche en Italia leénos en este post.
Te aconsejo dulce de leche repostero, aunque es seguramente mucho más complicado conseguirlo. Pero si no hay opción también podés animarte con un dulce de leche común. Para evitar que el dulce de leche se nos escape del alfajor vamos a tener que ponerle muy poca cantidad; mejor si el frasco de dulce estuvo previamente en la heladera. Y una vez colocado el dulce ¡rápidito a sellar los lados con coco!
Ingredientes
200 g de harina 00 o común
300 g de Maizena
½ cucharadita de bicarbonato de sodio
2 cucharaditas de polvo de hornear
200 g de manteca
150 g de azúcar
3 yemas
Esencia de vainilla (opcional)
Dulce de leche (cantidad necesaria)
Preparación
Para comenzar a preparar los alfajores mezclar en un bol los ingredientes secos: la harina, la maizena, el polvo para hornear y el bicarbonato. En otro bol unir el azúcar con la manteca, previamente derretida en el microondas, hasta conseguir una crema homogénea. Luego unir las yemas y la esencia de vainilla. Agregar de a poco los ingredientes secos hasta lograr una masa lisa.
Espolvorear la superficie de trabajo con harina y colocar parte de nuestra masa sobre ella. Con un palo de amasar , estirar hasta que tenga un grosor de medio centímetro. Cortar la masa de forma circular con el tamaño deseado. Acomodar en una bandeja enmantecada y enharinada o con papel para horno.
Cocinar en el horno a una temperatura de 180º alrededor de 15 minutos, tienen que quedar bastante blancos, no dejar dorar demasiado.
Dejar enfriar y unir de a dos con dulce de leche, tipo sándwich. Si se prefiere, con un cuchillo untamos dulce de leche alrededor de cada alfajor. Si no tenemos tanta paciencia, simplemente apretamos un poco el alfajor para que el dulce de leche “se asome” por los bordes. Para finalizar ponemos coco rallado en una compotera y vamos pasando uno a uno los alfajores para cubrir los lados.
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