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Danubio

Actualizado: 30 abr 2022

Original receta, ideal para compartir en esas reuniones informales tipo buffet, si ya estás aburrido de las tartas. Super fácil y muy escenográfica, con un ingrediente que conquista todos los paladares: la papa.

El Danubio no es otra cosa que un pan con una masa de papas con levadura y relleno a gusto. Nunca probé algo parecido en Argentina, y en Italia hay que ir a Napoli para gustarlo o, por qué no, cocinarlo en casa. Te cuento un poco de su historia.


Una receta que une culturas

Giovanni Scarturchio, un pastelero de la Calabria, finalizada la Primera Guerra Mundial regresa a Italia con su nueva esposa nacida en Salzburgo. Se establece en Napoli, donde abre una pasticceria cuya fama se ha mantenido hasta la actualidad.

Además de las dulzuras de la tradición partenopea, como los babà, la pastiera, le sfogliatelle y los susumelle calabreses, alrededor de los años 20, la ya conocida confitería comienza a proponer algunos dulces de la tradición austríaca. Pues la esposa austrohúngara de Giovanni, además de su amor, le regala al marido los secretos de “su” pastelería (bueno, como nosotras, argentinas, con nuestros maridos italianos). Así, además del strudel y la torta sacher, se ofrecen al público los Buchteln rellenos de mermelada, que rápidamente fueron rebautizadas por los napolitanos como le brioscine del Danubio (facturitas del Danubio) o, con el tiempo, simplemente Danubio.

Siendo una receta muy versátil, rápidamente a la versión dulce se sumó la salada, reemplazando la mermelada por un relleno de queso y salame u otros fiambres.

Otras fuentes menos románticas, en cambio, sostienen que el Danubio habría aparecido en Nápoles mucho tiempo antes, durante el reinado de los Borbones. Según esta teoría, el rey Fernando IV, que en 1768 se casa con María Carolina de Asburgo-Lorena, habría traído consigo, al establecerse en la península, un grupo de cocineros vieneses. De la fusión de las dos tradiciones culinarias habría nacido el Danubio, convirtiendo un plato dulce en una sabrosa torta o pan salado.

Cualquiera haya sido la historia, está claro que este extraordinario encuentro de sabores nace de la unión de dos culturas a través de un matrimonio, más o menos real.

Características

El Danubio en sí es un lievitato (preparación leudada), dulce o salado, formado por muchos bollitos que se tocan entre sí, logrando una especie de torta. De ella se pueden desprender, o separar, pancitos individuales sin la necesidad de usar un cuchillo. Por ello resulta ideal para una fiesta, un picnic, una cena con amigos, un buffet, un aperitivo o para acompañar otros platos.

Como anticipábamos, lleva papas, que no faltan nunca en casa. Gracias a ellas, la masa será suave como la de una brioche. Se hornea como un pan rústico, liviano como una nube, y con relleno a voluntad. La versión salada es la propuesta de nuestra receta.


Ingredientes:

Para un molde de 30-32 cm de diámetro, aproximadamente, con 18-20 bollitos.

(Si se prefiere utilizar un molde de 22-24 cm de diámetro, aproximadamente, y 8-10 bollitos, usar la mitad de la receta).


500 g de papas ( cocidas)

500 g de harina común o 00

2 huevos

20 g de aceite de oliva

Sal (a gusto)

1 cubito de levadura de cerveza fresca de 25 g o 1 sobre de levadura seca de 7 g


Para el relleno

300 g de jamón cocido (u otro fiambre a gusto)

300 g de queso (scamorza dolce, mozzarella, formaggio filante o el queso fresco que desees; en Argentina podés usar un queso tipo Port-salut o cuartirolo, por ejemplo)


Procedimiento:

Pelar las papas y cortarlas en cubos para que se cocinen más rápido. Colocarlas en una olla con agua fría y un poco de sal gruesa; hacerlas hervir hasta que estén blandas.

Pisar las papas con la ayuda de un tenedor, o un prensapuré, en un bol grande. Esperar a que estén tibias. Agregar, al centro, la harina, el aceite y los huevos, desarmando la yema. Por último, colocar la levadura, teniendo en cuenta que si se la usa en polvo, se la agrega directamente; si se la utiliza fresca, se la disuelve en poquísima agua tibia antes de sumarla a la preparación.

Mezclar todos los ingredientes con las manos hasta unirlos en una masa blanda. Agregar sal, si es necesario, y amasar nuevamente el compuesto hasta integrarla bien.

Dejar leudar en el bol cubierto con papel film, alrededor de una hora y preferiblemente en un lugar tibio (por ejemplo, en el horno, apagado, pero con la luz encendida).

Finalizado el leudado, transferir la masa a la mesada, previamente enharinada, y dividir en 18-20 bollitos iguales. Tomar cada uno de ellos, aplastarlo levemente, y rellenarlo con cubitos de queso y jamón, envolviendo el relleno con la masa y formando nuevamente el bollo.

Una vez listos, acomodarlos en un molde redondo previamente revestido con papel de horno, dejando un poco de espacio entre ellos si queremos que se vean bien redonditos, o casi tocándose entre ellos si lo preferimos más alto. Cubrir con papel film o un paño, y dejar leudar durante otra hora.

Transcurrido el tiempo indicado, cocinar en horno precalentado a 180° alrededor de 30 minutos, hasta que la superficie esté bien dorada. Pintar con huevo, antes de hornear, para un acabo más brillante.

Este delicioso pan se puede consumir tibio o a temperatura ambiente. No dejes de probar otros rellenos que te sugiera tu imaginación o tu paladar, como salame y queso, queso y aceitunas, roquefort, etc.



1 comentario

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1 Comment


Rocio
Rocio
Sep 19, 2022

Qué rico!

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