Cuando vivís en el exterior conseguir tapas de empanadas no es fácil, y cuando las encontrás, suelen ser costosas.
Por lo general hay que organizarse con tiempo, llegarse al único negocio de la ciudad donde las venden o pedirlas por internet con varios días de anticipación. Si querés aprovechar el viaje, comprarás varias docenas y entonces hay que tener lugar en el freezer para almacenarlas. Y acordarse de descongelarlas un día antes de usarlas. Nada imposible, pero seguramente, si conseguir la masa fuera más fácil comeríamos empanadas mucho más seguido. ¿Querés saber dónde conseguir masa de empanadas en Italia? Podés leer este post. Pero antes, seguí leyendo este artículo.
Hacer la masa puede parecer complicado; sin embargo, no lo es. Lleva su tiempo, sí; pero seguramente es menos que el que necesitaríamos para acercarnos al lugar donde las venden. Y ni te digo la diferencia en costos. Todo es cuestión de tomar coraje y probar. Y si tenés una máquina para amasar pasta ¡es rapidísimo! La masa se estira en un siantiamén, ahorrándote un montón de trabajo. Así que, si te animás, aquí te dejo una receta para realizarla. Es perfecta para hacer en casa empanadas al horno. Podés usar manteca si no tenés grasa (strutto), ya que no siempre se consigue (si querés saber dónde comprar grasa en Italia, podés leer este post).
Ingredientes para 30 tapas (aprox.)
500 g de harina 00 o común
100 g de manteca o 100g de grasa
200 ml de agua tibia
1 cucharadita de sal
Preparación
Sobre la mesada (o en un bol grande), armar una corona con la harina. Diluir en el agua la sal. Derretir la manteca o la grasa. Agregar ambos ingredientes en el centro de la corona. Unir todo, formando una masa compacta, trabajándola un poco.
Dejar descansar unos 15 minutos.
Estirar la masa de unos 3 mm de espesor y cortar círculos de 12 cm aproximadamente. Si tenés una “Pastalinda” (o una máquina para pastas), te aconsejo estirarla pasándola en el número 2, primero, y luego en el número 4.
Cortar círculos con un cortapastas o cualquier elemento circular que tenga el diámetro deseado, por ejemplo una compotera. A medida que se cortan, taparlas con un mantel para que no se sequen y se resquebrajen a la hora de hacer el repulgue.
Si no las usarás inmediatamente, conservarlas en la heladera, con separadores y envueltas en film, o en un contenedor hermético.